En los últimos años se ha demostrado el efecto del uso de las pantallas sobre la visión de la juventud, un uso que se incrementa por razones escolares, de ocio y sociales, en especial por la penetración de las redes sociales y de los servicios de mensajería instantáneos.
Hace unos meses, leíamos la opinión de Cindy, promotora de Screens and Kids, un think tank estadounidense que apuesta por la reducción del uso de las TIC dentro del aula y, sobre todo, de los deberes que se deben presentar vía telemática, con fecha límite a las 23:59:59.
Esta tendencia, aunque no es nueva en nuestro país, se empezó anotar a inicios del curso 2023-2024. En primer lugar, madres y padres hicieron oír su voz de forma individual, y después, a través de colectivos y asociaciones de madres y padres de alumnos, se dirigieron a las direcciones de los centros y al propio Departamento de Educación con el objetivo de reducir la carga de trabajo con pantallas.
Las consecuencias del uso de pantallas que denuncian las familias son, falta de atención, pérdida de tiempo al saber que pueden presentar el trabajo a ‘horas intempestivas’, pérdida de horas de sueño, disminución de las relaciones familiares y, con la aparición de los chats de inteligencia artificial, reducción de tareas de investigación.
Otros efectos adversos de las pantallas son, el sedentarismo con crecimiento de la obesidad, desde el 4,2% para los jóvenes entre 16 y 19 años hasta el 9% una vez terminada la etapa de formación.1 Hay consecuencias psicológicas, sociales y de salud.
A su vez, profesionales de la enseñanza alertan del uso de las pantallas por parte de madres y padres. Incluso en las escuelas infantiles se observan dificultades relacionadas con este uso, como demuestra una encuesta realizada por la Associació Catalana de Llars d’Infants. “Más del 40% de los hogares encuestados también han constatado dificultades para comer y aislamiento social, y más del 30% han identificado problemas para mantener vínculos relacionales con el profesorado o con otros niños, dificultades para coger el sueño y afectaciones en el desarrollo psicomotor.”2
Por lo tanto, es importante que los ópticos optometristas, como prescriptores de salud visual, tengamos conocimiento de los otros efectos no deseados del uso de pantallas.
1 Informe SEEDO 2021. Obesidad en jóvenes junio 2021
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