Adhesión a las gafas: un reto para los programas escolares de salud ocular en todo el mundo

La salud ocular infantil, especialmente en edad escolar y en países con índices de desarrollo bajos y medios, es un …

La salud ocular infantil, especialmente en edad escolar y en países con índices de desarrollo bajos y medios, es un problema de salud pública importante, que requiere estrategias innovadoras y bien integradas para satisfacer las necesidades crecientes.

Actualmente, 90 millones de niños en todo el mundo sufren pérdida de visión por una falta de acceso a la atención oftalmológica. No obstante, los programas de salud ocular en las escuelas son una oportunidad única para proporcionar servicios integrales a los estudiantes de todo el mundo y se pueden utilizar como una plataforma eficaz para la prevención, la detección precoz y el tratamiento de trastornos oculares comunes. Tienen muchas ventajas, como que permiten trasladar mensajes de educación sanitaria de los ojos, que van desde la higiene ocular hasta una dieta saludable. Además, son programas a largo plazo que tienen un impacto sostenible en las personas y las comunidades y contribuyen al desarrollo social y económico, individual y colectivo. También hacen posible la detección precoz y la derivación de los niños con problemas de visión, que es la clave para la provisión oportuna de intervenciones altamente rentables, como la provisión de gafas. Según la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera, usar gafas puede reducir las probabilidades de suspender una asignatura en un 44%. Además, la morbilidad ocular representa una causa importante de deserción ocular y, dado que el 80% de lo que los niños aprenden se procesa a través del sistema visual, una buena visión es fundamental para su capacidad de participar y beneficiarse de las experiencias educativas. La mejora de la visión de los niños en edad escolar es una espiral de progreso: contribuye a una mejor educación que, a su vez, lleva a una mejor salud en la edad adulta.

Actualment, 90 milions d’infants a tot el món pateixen pèrdua de visió per una manca d’accés a l’atenció oftalmològica

A pesar de todas estas ventajas, los servicios de salud escolar son, demasiado a menudo, una parte desatendida de las intervenciones de salud infantil en perjuicio del potencial de los estudiantes, especialmente en los países de rentas bajas y medias. Muchas entidades sin ánimo de lucro, como Ojos del mundo, han establecido con éxito programas de salud ocular en las escuelas que ofrecen atención oftalmológica a miles de niños cada año. Sin embargo, todavía existe la necesidad de abordar mejor las iniciativas y estrategias que ya están en marcha, no sólo para aumentar el nivel de concienciación y educar a toda la comunidad educativa y a las familias sobre la importancia de la salud ocular, sino también para identificar otros factores que dificultan o impiden el tratamiento de la discapacidad visual entre los niños en edad escolar,  especialmente teniendo en cuenta el enfoque de género.

En Mali, donde la Fundación Ojos del Mundo lleva a cabo un proyecto integral de cooperación oftalmológica desde 2008, uno de los problemas a los que se enfrentan los actuales programas de salud ocular escolar es el uso irregular de gafas por parte de los estudiantes, de manera que, en algunos casos, los niños no obtienen su beneficio esperado. Los motivos principales son la falta de implicación de las familias en el uso de gafas (ya sea porque tienen dudas sobre el aspecto que dan a sus hijos o por miedo a que las gafas puedan perjudicar, en lugar de mejorar, la visión del niño); la falta de apoyo de los claustros, que no animan a los escolares a llevar las gafas; las burlas y el maltrato de los compañeros hacia los niños que llevan gafas, y, a veces, la falta de comodidad hasta que se adapten a usarlas y la sensación de ausencia de mejoras aparentes en la visión.

Son, en la mayoría de los casos, actitudes de rechazo que cuentan con respuestas concretas y que Ojos del mundo ha definido en el marco de un estudio reciente sobre el impacto de la entrega de lentes correctoras a alumnos con defectos de refracción, realizado en escuelas de la región de Mopti, en Mali, donde trabaja la Fundación. En concreto, el estudio define tres soluciones sencillas:

i) Impartir educación sanitaria al profesorado, a las familias y a todos los niños de la escuela, tanto si necesitan gafas como no.

ii) Implicar a los niños en la elección de las monturas y la gama de formatos y colores.

iii) Hacer un seguimiento del uso de las gafas.

Además, el estudio profundiza en las acciones y actividades implementadas en el marco del programa “Ojos de Mali” entre la población infantil de Mopti y sus oportunidades y beneficios, especialmente en las escuelas de la región, e insta a que se continúen desarrollando e intensificando. En concreto, el estudio pone énfasis en lo siguiente:

1. Reforzar el programa de consulta escolar y las actividades de distribución gratuita de lentes implementado por las autoridades educativas del país, teniendo en cuenta la gran área geográfica y el gran número de escuelas y estudiantes implicados.
2. Establecer y reforzar el seguimiento de los niños para garantizar la sustitución de las lentes perdidas y que los resultados y logros sean claramente visibles por los claustros de los centros.
3. Establecer un programa de sensibilización/concienciación para estudiantes, familias y profesores con el fin de dirigir las inquietudes que puedan tener y garantizar que se aborden de manera eficaz, incluida la participación de los niños en la selección de monturas.
4. Reforzar las capacidades del personal de las administraciones locales y sanitarias en las diferentes actividades para que puedan hacerse suyos los programas escolares de salud ocular impulsados por la Fundación.

Aunque se han implementado soluciones en todo el mundo para facilitar la atención, tratamiento y cuidados oculares a los niños en la escuela, es importante mejorar su impacto y eficacia y que estas intervenciones tengan enfoques innovadores y sistemas eficaces de seguimiento y evaluación. Es necesario que haya colaboraciones estratégicas entre las familias, la comunidad escolar, las autoridades sanitarias y la administración local, la sociedad civil y las propias entidades sociales para no dejar a ningún niño atrás.

Los planes escolares de salud ocular permiten avanzar hacia un desarrollo más sostenible y, además, contribuyen a mejorar la salud y la autoestima de los niños (ODS3) y su acceso a la educación (ODS4). También permiten avanzar en igualdad de género (ODS5), reducir la pobreza (ODS1), obtener crecimiento económico (ODS8) y mucho más.

Este artículo se publicó en febrero de 2024 en la revista Optometristes.cat número 32.